
- En todo el país hay más de 500 bomberos aeronáuticos, la mitad de ellos atienden a los 16 aeropuertos concesionados por la Agencia Nacional de Infraestructura.
- Claireth es una de esas heroínas silenciosas que están en las terminales aéreas de todo el país dispuestas a poner el pecho por los colombianos.
Rionegro (Antioquia), 12 de mayo de 2020 (@ANI_Colombia) El sueño de muchos niños es ser policía, panadero o bombero, pero para Claireth Cáceres Amaya su mayor anhelo era velar por el bienestar de las personas. Fue así como decidió estudiar una tecnología en atención prehospitalaria. Sin embargo, nunca ejerció su profesión, pues al graduarse el destino le tenía reservado servirle a las personas, pero desde otro campo. Se encontró con una convocatoria del Cuerpo Oficial de Bomberos Aeronáuticos, pasó y se quedó.
Desde entonces, hace 12 años, esta santandereana divide su día entre las labores de la casa y su trabajo. Ella debe atravesar literalmente Medellín y recorrer 40 kilómetros diarios entre Bello y Rionegro para cumplir su labor como bombera en el aeropuerto internacional José María Córdova, el cual es una de las 16 terminales áreas concesionadas por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).
Claireth está muy orgullosa de ser uno de los 500 bomberos aeronáuticos con que cuenta el país, de los cuales la mitad de ellos presta sus servicios en los aeropuertos concesionados por la ANI. Sus jornadas son extenuantes, turnos de 12 horas en las que, si no hay emergencias, todo está planificado.
“Es una profesión muy linda en que en todo momento aplicamos la empatía y sabemos la responsabilidad que tenemos, pues nos confían vidas. Damos todo lo que somos por la gente. Pero la gente también debe entender que somos humanos, sentimos frío, sentimos hambre, sentimos miedo. Somos más humanos que cualquiera”, señala Claireth al calificarla como una heroína.
Cambios de rutina
Desde el 25 de marzo, día en que se suspendieron los vuelos comerciales por la contingencia del Covid 19, el aeropuerto José María Córdova ha realizado 710 operaciones que han permitido mover 4.836 toneladas de carga, 47 vuelos humanitarios y 48 de ambulancia. Y en todos han estado atentos los bomberos aeronáuticos como Claireth.
Debido a la necesidad de adoptar todas las medidas de bioseguridad y teniendo en cuenta la notable reducción de operaciones aéreas, los llamados a turnos del cuerpo de bomberos han cambiado, se han reducido en frecuencia y en el número de integrantes, pero no en planificación.
Normalmente, hay 13 bomberos de guardia incluido el capitán; ahora son equipos de 7 para atender posibles emergencias en las aeronaves y ayudar a los demás organismos de socorro en cualquier eventualidad.
Durante las 12 horas tienen un orden de actividades muy estricto que incluye ahora cumplir con el protocolo de bioseguridad, el cual empieza en el bus que los recoge para llevarlos al aeropuerto. Todos deben ir en sillas separadas. Al llegar al José María Córdova deben tomarse la temperatura y dejar el registro; usar tapabocas, guantes y gel. Al llegar a la estación de bomberos se hace una desinfección con alcohol de la suela de los zapatos, los morrales y la ropa. Además, durante toda jornada, deben lavarse constantemente las manos y guardar el distanciamiento de 2 metros.
También se recibe capacitación, se hace limpieza de equipos de protección personal (traje aluminizado) y cumplen con una rutina de entrenamiento físico que les garantiza estar en buenas condiciones para atender las emergencias.
En casa, igualmente, Claireth lleva un protocolo de aseo y le enseña a su hija de 7 años los cuidados que se deben tener para reducir las posibilidades de contagio del Covid 19.