• Dichas especies son catalogadas ‘en veda’, debido a que sus poblaciones han sido diezmadas a lo largo del tiempo y requieren un manejo especial que evite su extinción.
• Las acciones adelantadas por los equipos ambientales de las autopistas concesionadas por la ANI incluyen temas de preservación, rescate y reubicación de las especies para poner en marcha un plan de manejo acorde con las necesidades de cada proyecto.
• Este corredor vial, con 254 km de longitud desde Cañasgordas hasta Necoclí, hace parte de la cuarta generación de concesión viales y estima reducir dos horas y media la distancia entre ambos puntos.

Antioquia. Septiembre 13 de 2021. (@ANI_Colombia). Dos familias botánicas en veda que suman más de 194 especies y 408.324 individuos han sido encontradas y rescatadas en los municipios de Uramita, Dabeiba y Mutatá, en Antioquia, áreas de influencia del proyecto Autopista al Mar 2, concesionado por la Agencia Nacional de Infraestructura-ANI.

“La reubicación de estas especies contribuye, en gran medida, a mitigar la pérdida de la biodiversidad y a contribuir con el equilibrio de los ecosistemas. Las especies rescatadas se conservan en ambientes muy similares donde pueden desarrollarse libremente, reproducirse, y generar un equilibrio ecológico que permita la conservación del agua, como una de las funciones que tienen este tipo de plantas”, explica el vicepresidente de Planeación, Riesgos y Entorno de la ANI, Diego Morales.

Las especies han sido encontradas y trasladadas desde las áreas de influencia del proyecto, las cuales están fraccionadas en diferentes Unidades Funcionales (UF) o tramos. En la UF 1 (Uramita) se encontraron un total de ocho especies, de las cuales siete pertenecen a la familia de las bromelias y una a la familia de las orquídeas.

En las UF 2 y 3 (Uramita y Dabeiba) se hallaron 105 especies, 24 representantes de las bromelias y 81 de orquídeas; y en la UF 4 (Dabeiba y Mutatá) se encontraron 114 especies de orquídeas y 30 de bromelias.

Así las cosas, las orquídeas son la familia de plantas con mayor representación con 153 especies y 260.872 individuos. Entre tanto, las bromelias rescatas fueron cerca de 41 especies y 147.452 individuos.

Por su parte, la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, destaca que, adicionalmente a todos estos procesos ecológicos, “la comunidad de la zona se ha beneficiado de manera directa al hacer parte de estas actividades, a través de la participación de sus predios para albergar y contribuir a la conservación de todas estas especies encontradas en el proyecto. Todo este proceso, los lleva a conocer un poco más sobre estos organismos, su importancia y el sentido de pertenencia de la gran diversidad que poseen en sus territorios”.

Estas especies de plantas, denominadas epífitas, también benefician a otro tipo de organismos ya que generan ambientes ideales para alojar a la gran diversidad de especies de la zona, brindan alimento y otras condiciones que ayudan a regular los diferentes factores externos e intrínsecos de la ecología natural.

Juan Manuel Duque, biólogo del proyecto Autopista al Mar 2, indica que “el agua que se acumula en la base de las hojas de las bromelias forma una pequeña piscina que es utilizada por muchos animales, como ranas e insectos, para depositar sus huevos y cuidar a sus crías”.

Así mismo, señala que “los frutos, tallos, raíces y hojas de las epífitas son una gran fuente de alimento y refugio para muchos animales. Además, cuando las epífitas (o el árbol sobre el que viven) mueren, se convierten en una fuente de abono para el suelo”.

La extensión de la Autopista al Mar 2, que cuenta con una inversión en obra por $1,8 billones, ha sido considerada como una zona estratégica por su diversidad topográfica y condiciones climáticas que permiten el desarrollo de estas especies.

Es por esto que el equipo ambiental de este proyecto, liderado por la ANI y el concesionario Autopistas Urabá, llevó a cabo varios estudios detallados para caracterizar y cuantificar estas plantas y así construir el plan de manejo que las preserve. Las medidas adoptadas continuarán con un seguimiento y evaluación semestral, por un periodo de hasta tres años, en el cual se evidencie el desarrollo de las especies para continuar con esta estrategia en pro de la conservación de la flora colombiana.

“Siempre hemos buscado que el componente ambiental de los proyectos concesionados por la ANI se desarrolle de manera holística, teniendo en cuenta la importancia de los organismos vivos; de nuestros equipos de trabajo en campo, quienes se capacitan y, a la vez, capacitan a las comunidades de influencia en estos temas; y, en este caso, a las familias propietarias de los predios en los que hemos reubicado a las especies para que generen un sentido de pertenencia y se conviertan en precursores de la conservación y sostenibilidad del medio ambiente”, señala el vicepresidente de la ANI.